La Casa de las Bellas Durmientes (Yasunari Kawabata, 1961) Reseña

Desde que me incitaron a darle una segunda oportunidad a la literatura japonesa, han sido ya unos cuantos los textos que he tenido la suerte de leer y disfrutar. Bien sea aquel Indigno de ser humano (Osamu Dazai, 1948), que si no recuerdo mal que el primero que leí; o la leída más recientemente Soy un gato (Natsume Sōseki, 1905), han sido lecturas que me han ido acercando a una cultura fascinante en muchos sentidos y a una literatura que, en cierta forma, no tiene nada que ver con la nuestra. Hoy vuelvo a una de estas recomendaciones que tan correctamente me hicieron y que me aproxima al mentor del mismísimo Yukio Mishima.

El argumento de La Casa de las Bellas Durmientes.

Cubierta del libro La casa de las bellas durmientes, de Yasunari Kawabata, editado por Austral.

La casa de las bellas durmientes comienza con la primera visita del anciano Eguchi a una singular posada en la que se ofrece un servicio nada corriente. Este lugar ofrece a hombres como él la oportunidad de dormir acompañado por jóvenes que han sido narcotizadas. Las condiciones de la mujer que lo gestiona le impiden realizar ningún tipo de acto sexual, ponerle el dedo en la boca ni nada parecido y, junto a la joven, le ofrecen la posibilidad de tomar un somnífero que le ayude a disfrutar de la experiencia.

Lejos de resultar una experiencia simplemente extravagante, el anciano Eguchi comienza a revivir, a través de cada una de sus visitas, recuerdos y sensaciones que no pensaba que a su edad fuesen a volver a él de aquella manera. Así, a pesar de hacerlo con alguna extraña reticencia, poco a poco el anciano no puede evitar tener que volver a La casa de las bellas durmientes.

Sobre el autor: Yasunari Kawabata.

Yasunari Kawabata (1899 – 1972) es un nuevo descubrimiento para mí. Un autor del que no hay que saber mucho para entender que, nos guste más o menos, tenía algo. Uno de esos escritores que dejaron su impronta en la obra de tantos otros autores que lo siguieron. Al ser esta mi primera lectura de Kawabata no me atrevo a asegurar demasiado, sin embargo, diría que es uno de esos creadores que sabe trabajar tanto la forma como el fondo, exprimiendo ideas interesantes y con un trasfondo inteligente mientras las envuelve en un formato hermoso, con una prosa de esas que nos gustan a los lectores.

Sobre La Casa de las Bellas Durmientes.

La casa de las bellas durmientes era una de esas lecturas ante las que no tenía muy claro qué debía esperar. Por suerte para mí, Yasunari Kawabata ha resultado ser un autor no solamente soberbio, sino que en la línea que más me gusta. Un escritor que tiene una idea y sabe plasmarla dándole todo el poder a la belleza de un lenguaje al que sabe sacarle partido.

Durante las distintas noches que el viejo Eguchi visita La casa de las bellas durmientes, el anciano rememora una serie de experiencias de su vida. Pero estos elementos, que a priori no tienen relación, no se sienten independientes. El hombre navega por sus pensamientos de la misma forma en que cualquiera de nosotros no puede evitar hacerlo y, paso a paso, se nos presenta el auténtico tema. Porque, en el fondo, tanto en la historia como en su lectura, esas bellas durmientes son una escusa, uno de esos elementos que nos llaman la atención y nos abren las puertas, pero que, más allá de algunos detalles, sirven a la narración más como una introducción que como una meta.

No deja de ser curioso cómo esta novela corta, que apenas sobrepasa la centena de páginas, es capaz de guardar tanto en su interior. Porque, inevitablemente, nos habla de su tiempo, del pasado, de las relaciones humanas y del amor. Pero también de la perdida, de la soledad, de la añoranza y de tantas cosas más, que es extraño poder encontrar tanto en tan poco espacio.

A nivel personal, La casa de las bellas durmientes ha convertido a Kawabata en uno de mis autores japoneses favoritos —aunque no habiendo leído demasiados, puede parecer un mérito poco valioso— tanto por su estilo como por su capacidad de evocar temas de forma tan natural. Sin duda, uno de esos a los que volveré, espero, más pronto que tarde.

Te gustará si…

Algo dentro de mí me dice que esto que voy a decir no está del todo bien, pero del mismo sitio sale esa sensación que me dice que, al leer La casa de las bellas durmientes, he pensado en Zweig y su Novela de ajedrez (1943) o en Schnitzler y su El regreso de Casanova (1917). Autores que, inevitablemente, me hacen pensar en la belleza de su estilo. O en el amanuense más conocido de la literatura, aquel Bartleby, el escribiente (1853) con el que Melville conquista lectores. No sé si estas lecturas se pueden unir aquí de forma justa, pero todas ellas son lecturas más bien breves y cargadas de un talento que es complicado no ver.

Ficha técnica:

Título: La casa de las bellas durmientes

Título original: Nemureru bijo

Autor: Yasunari Kawabata

Fecha de publicación: 1961 / De esta edición: 2020

Editado por: Austral

ISBN: 9788496580886

Número de páginas: 112

Género: Narrativa


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La Casa de las Bellas Durmientes (Yasunari Kawabata, 1961) Reseña

El Pasajero / Stella Maris (Cormac McCarthy, 2022) Reseña

Hay libros o autores con los que uno acaba sintiendo una especie de deuda. Autores que nos han hecho amar la literatura, entender que hay otras formas de leer o de narrar. Yo tengo una deuda especial con autores como Jim Thompson —a quien venero—, Fiódor Dostoyevski o Agatha Christie. En esta lista incluyo, sin duda, a una de las personas que me devolvió el gusto por la lectura en un momento en el que mi vida estaba en otras cosas. Un escritor al que no había regresado desde ese primer encuentro y con el que tenía una deuda pendiente. Tristemente, fue la noticia de su muerte la que me hizo decidirme a saldar esa deuda con un autor al que, en lo personal, le debo mucho.

Añadiendo un pequeño extra a mi formato tradicional, aclararé que El pasajero / Stella Maris son dos novelas que en España (y en muchos otros países, si no en la mayoría) se editaron en un único volumen. Dos novelas distintas, tanto en su formato, como en su contenido; pero dos novelas que no deberían de separarse demasiado. Así, aunque explique sus argumentos de forma separada, el resto del texto los trataré como una unidad, porque, en cierta forma, no puedo evitar verlos así.

El argumento de El Pasajero.

Portada del libro El Pasajero / Stella Maris, de Cormac McCarthy. Editado por Random House en 2022.

El pasajero nos habla de Bobby Western, un buzo de salvamento que, en su último trabajo, se ha enfrentado con un extraño avión que alguien descubrió bajo el agua. El incidente parece extraño desde un primer momento, pero las preocupaciones de Bobby se disparan cuando un día, al llegar a casa, encuentra a dos agentes rebuscando en ella. Allí descubre que, además de un par de componentes del avión, también había desaparecido uno de los pasajeros.

La interferencia de Bobby en este caso debería de ser anecdótica, pero las situaciones en las que se siente perseguido le llevan a una espiral de preocupaciones e investigaciones en las que su pasado, sobre todo el suicidio de su hermana, no dejarán de bailar a su alrededor y cambiar, inevitablemente, su vida.

El argumento de Stella Maris.

A sus veintiún años es la tercera vez que Alicia ingresa en Stella Maris. Está allí porque le han diagnosticado esquizofrenia paranoide y después de recorrer el mundo que quería recorrer ya no sabía a donde ir. Así que se plantó en el centro para el cuidado de pacientes psiquiátricos, quizá, con la esperanza de que pudieran cuidar de ella; quién sabe. A través de las transcripciones de siete sesiones con el doctor Cohen conoceremos el pasado de Alice, sus anhelos, lo que la ha llevado allí y cómo se fraguó su futuro.

Sobre el autor: Cormac McCarthy.

Cormac McCarthy (1933 – 2023) murió un poco después de que me regalaran este libro y un poco antes de que me decidiera a leerlo. Es uno de esos autores a los que creo que les debo gran parte de mi amor por la literatura —a pesar de que sólo había leído una de sus novelas—, así que no puedo evitar creer que tengo una deuda pendiente con él. Un escritor crudo, casi perteneciente a otra escuela que hoy poco o nada se prodiga y que comparte con otros de mis autores predilectos ese buen gusto a la hora de seleccionar las palabras. Supongo que hablaré de ello un poco más adelante, pero es de esos autores que logran que la trama, si es que va a alguna parte, sea algo totalmente secundario. Un escritor de esos que te llevan a su terreno y te muestran sus pensamientos de la forma más desgarrada posible.

Sobre El Pasajero / Stella Maris.

Tanto El Pasajero como Stella Maris me daban la oportunidad de volver a encontrarme con ese autor que tanto tiempo ha permanecido en mi memoria. Después de estos años, una de las cosas que más me preocupaban era el saber si estaría a la altura de mi recuerdo —rara vez puede la realidad competir con uno— y, para sorpresa de pocos, es justo decir que no fue así. Pero no corramos demasiado. Es inevitable para mí comparar esta lectura con aquel La carretera (2006) que leí hace unos años ya y, sí, no ha sido lo mismo; pero es que no son lo mismo.

El pasajero / Stella Maris son dos obras muy diferentes de aquella que leí, y al mismo tiempo no tanto. Si nos fijamos en los detalles, en ambos casos no encontramos con personajes solitarios, historias que en realidad importan mucho menos que lo que nos gustaría pensar y un trasfondo que es el que realmente brilla. Sí, estas novelas tienen estilos muy diferentes, pero se nota ese espíritu de su autor que tan bien las impregna.

No voy a mentir, en ocasiones me ha costado salir de esa narración más superficial (y que en general se disfruta mucho, porque McCarthy escribe muy bien) y adentrarme en todos esos detalles que le dan fuerza, pero cuando he llegado a ellos es ahí donde realmente la historia cobra vida. Una historia que nos habla del desarrollo nuclear y de los hombres que participaron en la creación de aquellas bombas, de matemáticas y matemáticos, de filosofía y de alguna cosa más. Pero también nos habla de la familia, del sacrificio, del miedo, de la enfermedad, del amor y de como lo conocemos y afrontamos…

Si bien es cierto que tengo que decir que esperaba algo más, también es justo decir que me ha dado mucho y, seamos justos, no tengo muchos autores contemporáneos con los que hacerle competir (si es que este fuese el fin de un texto como este, que no lo es), pero a su altura, menos. Así pues, despidámonos recordando que Cormac McCarthy, a quien volveré pronto, fue uno de esos autores que tenían, indiscutiblemente, el talento para escribir bien, algo que decir, y un estilo personal; que es mucho más de lo que se puede decir de la mayoría.

Y un pequeño añadido: yo tengo algún conocimiento de inglés y lo he podido observar, pero hubiera estado bien que se añadieran unas cuantas notas explicativas a pie de página, porque se pierden los chistes y las intenciones del autor en alguna que otra situación.

Te gustará si…

El pasajero / Stella Maris te gustará si te gustan las novelas que van más allá de su trama. Si estás dispuesto a embarcarte en una lectura que puede alejarse de todo para acercarte una obra llena de datos, pensamientos y, posiblemente, sufrimiento. Pero si lo tuyo son las novelas en las que sólo importa lo que pasa, cuidado, no sé yo hasta que punto disfrutarás esta lectura (o quizás sí, quizás sea la puerta de entrada a otro universo).

Ficha técnica:

Título: El pasajero / Stella Maris

Título original: The Passenger / Stella Maris

Autor: Cormac McCarthy

Fecha de publicación: 2022 / De esta edición: 2022

Editado por: Random House

ISBN: 9788439740704

Número de páginas: 624

Género: Narrativa, narrativa contemporánea

Traducción: Luis Murillo Fort


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El Pasajero / Stella Maris (Cormac McCarthy, 2022) Reseña

Ulises (James Joyce, 1922) Reseña

Si hay un libro al que todos los lectores sabemos que debemos de temer es, sin duda, éste. Y da igual lo mucho que se niegue, todo lector acaba topándose, de una manera u otra, con su leyenda. Y tengo que reconocer que, como tantos otros antes que yo, fui víctima de su fama. No es tanto que realmente de miedo leerla, es simplemente que impone. Pero como ningún libro ha nacido para darnos miedo (al menos en ese sentido) lo único que nos queda por hacer es dejar esos mitos a un lado y encontrarnos, cara a cara, con ese reto literario que supone el Ulises de Joyce.

El argumento de Ulises.

Portada de Ulises, de James Joyce, editado por Alianza en el año 2022.

Describir Ulises es una tarea complicada. Simplificándolo mucho podríamos decir que el 16 de junio de 1904, Leopold Bloom salió de su casa para dirigirse al entierro de Paddy Dignam. Las 24 horas que duró ese día, la gente que lo vivió y muchas formas de verlo, son los elementos que componen esta novela. Un día que no se resumió en un entierro que en absoluto paró la vida de la mayoría de los presentes, que no evitó que el tiempo continuara avanzando y que, el general, no impidió que todos fueran quienes eran.

Sobre el autor: James Joyce.

A pesar de mi costumbre, sobre James Joyce (1882 – 1941) voy a intentar escribir entre poco y nada. Y no es tanto porque no haya qué decir (ya hay suficiente literatura al respecto) sino porque cualquier cosa que diga podría quedar invalidada en el siguiente apartado. Lo que sí puedo hacer es una pequeña referencia a mi primer encuentro con el autor en aquel estupendo Dublineses (1914). Una lectura que ya en su reseña agradecí descubrir como una forma de conocer a este magnífico autor antes de atreverme con la aterradora experiencia que tantos imaginamos que puede ser Ulises cuando aún no lo conocemos. Y sí, realmente la agradecí, porque me quito muchos miedos y me presentó a un autor que trataba a sus personajes como pocos lo consiguen y era capaz de insuflar una atmosfera absoluta a sus relatos sin necesitar que el lector se aleje de la historia para percibir lo que la rodea.

Sobre Ulises.

El Ulises fue uno de los pocos libros cuya lectura anuncié en Twitter, y la respuesta fue contundente. Me encontré de todo: unos me deseaban suerte (los más), algunos me anunciaban que lo disfrutaría, unos cuantos compartieron conmigo su incapacidad para leerlo… De todo lo que me dijeron hay un par de cosas que se aferraron a mí. La primera fue la importante cantidad de gente que me recomendaba utilizar una guía para su lectura. La segunda fue el extendidísimo tiempo que muchos compañeros lectores me contaban que les costó leerlo (el libro es grande, pero vi cifras exageradas). La primera idea, sobre todo ahora que ya puedo decir que he leído el Ulises de Joyce, me parece interesante y recomendable; pero no me hubiese gustado leer un libro por primera vez con ayuda (le quita cierta magia e intimidad). De lo segundo no puedo decir nada —cada uno lee a su ritmo— pero yo disfruté de todo un mes (exactamente un mes) de lectura. Ni más ni menos.

Sin embargo, hubo un comentario que, para mí, prevaleció sobre la mayoría. «No intentes “entender” nada, simplemente déjate llevar por la fiesta […] de Joyce», me dijo el bueno de Mazarbul; y eso decidí hacer. Y ese, sí, ese, ha sido el mejor consejo que me podían dar para enfrentarme a este tótem de la literatura que es Ulises.

Porque para ser justos, no considero que Ulises sea ni esté concebido como una lectura. El Ulises es una experiencia como pocos libros lo pueden ser. Ya desde sus primeras páginas, su contenido, sus formatos, todo está ahí para que no puedas acomodarte demasiado tiempo (o prácticamente ningún tiempo). Pero expliquemos esto.

Ulises está dividido en capítulos, algo bastante habitual en la literatura, salvo que en este imponente volumen, cada capítulo está escrito con un estilo diferente, con un lenguaje propio, con un tono distinto… Y todos ellos conforman una historia tan agitadora como instructiva, deliciosa o aborrecible. Y es que no creo que esta novela te pueda gustar o no mientras la lees. Te gustan algunos capítulos, otros te dan ganas de saltarlos y esperar poder ser capaz de mantenerte en la cuerda floja que puede resultar su argumento por momentos, de repente adoras esta lectura capaz de llevarte a la risa más estúpida y por momentos no sabes qué estás leyendo. Y todo esto, lo bueno y lo malo, sus aciertos y sus defectos, son lo que han llevado a esta novela (absolutamente inabarcable en mi opinión) a ser la leyenda que es. Porque insisto una vez más, Ulises no es una lectura, es una experiencia.

Y aunque podríamos pasarnos horas hablando de sus personajes, su ambientación, su atmosfera o lo que representan cada una de las mil decisiones que forman esta novela, para mí es suficiente con saber que la he disfrutado en su conjunto. Sí, ha habido capítulos que han resultado algo exasperantes (aunque ahora no consigo recordar cuáles) y ha habido muchas risas. Porque lo que no se puede hacer, de ninguna manera, es quedarse impertérrito ante la lectura de este colosal Ulises.

Así que para cerrar esta no sé si tan breve reseña, os dejaré con una sencilla recomendación: haced caso a lo que me dijo Maza, no os esforcéis tanto en entenderla, simplemente disfrutadla; y ya volveréis a ella más adelante, quizás con ayuda, quizás no, pero esta primera vez dejaros llevar por su literatura y gozad de ella.

Sí, ya sé que me he olvidado de hablar de todo su simbolismo, de que la novela es una especie de adaptación de la Odisea y tantas, tantas cosas. Pero no sé. Supongo que me ha parecido que todo eso, detrás de lo que ha significado la experiencia lectora, no son —en cierto sentido— más que menudencias que hubieran dilatado infinitamente esta entrada. Así pues, que cada uno se quede con lo que quiera o encuentre en ella. Una labor en la que, por cierto, ayuda mucho tener un buen bagaje como lector. Yo, personalmente, agradezco mucho haber leído no hace demasiado obras como Los viajes de Gulliver (Jonathan Swift, 1726), pues hay una infinidad de referencias que, sin esas lecturas, son difíciles de descubrir.

Ficha técnica:

Título: Ulises

Título original: Ulysses

Autor: James Joyce

Fecha de publicación: 1922 / De esta edición: 2022

Editado por: Alianza Editorial

ISBN: 9788413628646

Número de páginas: 959

Género: Narrativa, experimental,

Traducción: María Luisa Venegas Lagüéns y Francisco García Tortosa


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Ulises (James Joyce, 1922) Reseña

Tirano Banderas. Novela de tierra caliente (Ramón del Valle-Inclán, 1926) Reseña

Una de las grandes deudas que tengo con la literatura es el sorprendente abandono que han sufrido por mi parte las letras patrias. Estoy convencido de que, de alguna manera, esto tiene que ver con «la educación recibida». No sé explicarlo muy bien, pero sé que muchos de los autores a los que hoy descubro, fueron lecturas obligatorias para otros en sus años de estudiantes. Por el motivo que fuera, y creo que en cierta medida esto ha resultado en algo positivo, yo nunca llegué a leer a gran parte de estos escritores. Lo que hoy, con el peso que da tener algunos años más y, sobre todo, algunas lecturas más en mi haber, me permite descubrirlos con un interés que, en muchos casos, no hubiera mostrado en aquella época. Y dicho esto, centrémonos en la lectura que toca.

El argumento de Tirano Banderas.

Portada del libro Tirano Banderas (Novela de tierra caliente), de Ramón del Valle-Inclán.

Santos Banderas dirige su país con mano de hierro. Él, el Tirano Banderas que da título a la obra, es un hombre autoritario y salvaje que no se frena ante nada si cree que puede sacar provecho de ello. Pero Santa Fe de Tierra Firme está repleto de gentes, algunos son políticos, otros militares y otros, simplemente, supervivientes. Así, bajo la atroz justicia del dictador, comienza a fraguarse una revolución que bien podría hacer que muchas cosas cambien para el país.

Sobre el autor: Ramón del Valle-Inclán.

Me gustaría decir que sé más de Ramón del Valle-Inclán (1866 – 1936) de lo que realmente sé; sin embargo, soy uno de esos horribles seres que ni su propia historia conocen. Pero estoy trabajando en ello. Dicho esto, me da la sensación de que Valle-Inclán no es uno de esos autores al que se puede juzgar completamente por una sola obra, y mucho menos por una como esta. Y es que Tirano Banderas es realmente una «novela de tierra caliente», una procedente de un país que no existe, pero que su autor conoce muy bien. Y eso, necesariamente, se nota.

Sobre Tirano Banderas.

Realmente me cuesta escoger cuál es el mejor punto de partida para empezar a escribir sobre Tirano Banderas. Posiblemente, lo primero que habría que señalar sean sus personajes. Sobre todo ese hombre que le da título al libro; ese dictador al que prácticamente se puede ver mientras se lee sobre él. Sin embargo, no es, ni por asomo, el único personaje, héroe o villano (si es que eso existe) que puebla y toma vida en las páginas de esta novela.

Quizás debería de señalar su forma. Esos capítulos que son como pequeñas narraciones independientes y que, no obstante, van dando forma a un volumen completo y añadiendo un ritmo al conjunto del que es difícil escapar.

Aun así, lo más probable es que la mejor forma de empezar a hablar de Tirano Banderas (Novela de tierra caliente) fuera centrándonos en su léxico. En la forma en que el autor ha conseguido dar vida a una tierra y a un pueblo a través de un vocabulario lleno de americanismos y (esto no lo sé, pero estoy bastante seguro) palabras que el mismo Ramón del Valle-Inclán ha inventado. Palabras a las que uno, sin poder evitarlo, da un significado que difícilmente puede no ser el adecuado.

También podríamos hablar de imponente arma en el que se convierten estos tres elementos juntos y cómo, a través de ellos, el escritor consigue representar un momento histórico que ni tuvo necesariamente lugar en el mismo espacio ni en el mismo tiempo.

Y ahora, dicho esto, he de decir que no he disfrutado más que por pequeños momentos esta lectura. Quizás sea por su vocabulario, en mi opinión, excesivo. Puede que por algún elemento con el que no conecto o, simplemente, porque no es para mí. Sea por lo que sea, de lo poco que puedo afirmar rotundamente, es que no hemos conseguido esa vinculación entre lector y texto que hace que esto de leer nos guste tanto. Sin embargo, no le cierro la puerta a su autor, y espero volver a encontrarme con él en algún momento. Quizás más cerca del teatro.

Te gustará si…

Me es difícil proponer a quiénes gustará Tirano Banderas. Es, en mi opinión, una de esas novelas que depende mucho más de la experiencia lectora que de su contenido o forma. Así que si, como yo, aún no conoces la obra de uno de nuestros más insignes autores, prueba a leer esta novela. No sé si será la mejor forma de descubrirlo, pero, si quieres, luego vuelves por aquí y me cuentas tu vivencia.

Ficha técnica:

Título: Tirano Banderas. Novela de tierra caliente

Autor: Ramón del Valle-Inclán

Fecha de publicación: 1926 / De esta edición: 1999

Editado por: Bibliotex

Número de páginas: 195

Género: Esperpento, narrativa,


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Tirano Banderas. Novela de tierra caliente (Ramón del Valle-Inclán, 1926) Reseña

El retrato de casada (Maggie O’Farrell, 2022) Reseña

Mi última lectura de 2021 fue también una de esas que te sorprenden. Como todos los años, este había tenido sus luces y sus sombras, pero no podía esperar una guinda mejor para cerrarlo que descubrir la maravillosa lectura que me pareció Hamnet. Es posible que para muchos esté exagerando, y puede que tengan razón, incluso quizá sea por mis continuas decepciones con la literatura más actual, pero esa novela se fue un rayo de sol en un tiempo en el que parece que sólo se pueden hallar sombras. Teniendo en cuenta lo mucho que me gustó aquella novela, descubrir que un nuevo libro de su autora se había publicado fue tanto una alegría como una preocupación. ¿Podría esta nueva lectura estar a su altura? Por suerte o por desgracia, ya sabemos que sólo hay una forma de responder a esta pregunta, así que, en cuanto le llegó su turno, me lancé a descubrir qué nueva historia se escondía entre sus páginas.

El argumento de El retrato de casada.

En El retrato de casada seguiremos a Lucrezia, tercera hija del conde Cosimo. La pequeña es lo que siempre se ha llamado una niña rara. Su carácter, sagaz e introvertido, junto con las normas de la casa, la van separando poco a poco de sus hermanos y haciendo que Lucrezia se vaya encerrando en sí misma y descubriendo el mundo a su manera. La joven tiene su propia forma de ver en mundo y de explorarlo, pero la muerte de su hermana lo cambiará todo. Alfonso, el prometido de la fallecida, ha aceptado que Lucrezia la sustituya. Así, a tan pronta edad, la pequeña se verá arrancada de su mundo y lanzada a un universo para el que no está preparada. Pero puede que estas no deban ser sus mayores preocupaciones.

Sobre la autora: Maggie O’Farrell.

Maggie O’Farrell (1972) fue, sin duda, uno de los grandes descubrimientos del año. Haciendo uso de un estilo que combina de alguna forma el espíritu de la literatura de otras épocas con el de la actual, consiguió engancharme como pocos o ningún autor moderno lo han logrado. Esto, de la misma forma que me hizo disfrutar mucho del ya citado Hamnet, también me hacía temer que una segunda lectura pudiera no darme todo esto.

Sobre El retrato de casada.

Aún es pronto para que sepa (yo) si esto es algo habitual en la autora o es una técnica que comparten sus dos últimos trabajos, pero en El retrato de casada volvemos a encontrar una historia narrada a dos tiempos. En este caso tenemos a la pequeña niña que está descubriendo el mundo, por un lado, y a la muy joven mujer que descubre el matrimonio y a su nuevo marido por otro. Un formato que sabe utilizar magníficamente a pesar de que yo, en lo personal, suelo preferir las historias más lineales.

De los personajes no puedo decir demasiado —bueno, sí, pero no de la forma en que ahora he de hacerlo—, me limitaré a resaltar que, una vez más, O’Farrell sabe ir deshojando, capa a capa, pequeños detalles de los mismos hasta ir dándoles una apariencia y una personalidad realmente genuinas. Algo que, en una novela como esta, resulta realmente imprescindible.

Como no quiero extenderme demasiado, diré que, en líneas generales, Maggie O’Farrell ha conseguido hacer de El retrato de casada una obra poderosa y repleta de buena literatura. Sin embargo, hay dos pequeños peros que no puedo pasar por alto. El primero de ellos es lo predecible de la historia. Sí, es indiscutible que en una narración como esta es mucho más importante el camino que el destino, pero la forma en la que nos conduce a él no me ha parecido la más inspirada. Me da la sensación de que ha querido darle más brillo del que tiene y eso juega en su contra. El otro pero no es un pero de verdad, pero es un peso que me ha acompañado durante gran parte de la lectura. Este no es otro que el hecho de que, por bien que esté este libro, está muy lejos de llevarme a donde me llevo Hamnet. Sí, no hay que comparar obras, pero, con todas las similitudes que se ven entre ellas, me ha sido imposible no tener su anterior obra en la cabeza durante gran parte de la lectura de El retrato de casada. Y sí, me ha dejado un cierto regusto a decepción. No porque sea una mala obra, que no lo es; pero creo que la autora no ha sabido alejarse lo suficiente de su reciente éxito. 

Dicho esto, repetiré una vez más que El retrato de casada es una buena novela en la que Maggie O’Farrell sigue destacando como una importante e interesante voz dentro del panorama contemporáneo. Una autora a la que volveré sin lugar a dudas.

Te gustará si…

El retrato de casada continua la senda que su autora comenzó (creo) con su anterior trabajo y desarrolla una ficción histórica muy interesante a partir de un hecho más o menos conocido. En él mezcla rumores, realidad y conjeturas; jugando tanto con la realidad como con la mente del lector. Un ejercicio que disfrutaran los grandes aficionados al drama y a la novela histórica (que tengan claro, desde el principio, que esa no es su categoría, eso sí).

Ficha técnica:

Título: El retrato de casada

Título original: The Marriage Portrait

Autor: Maggie O’Farrell

Fecha de publicación: 2022 / De esta edición: 2023

Editado por: Libros del Asteroide

ISBN: 9788419089410

Número de páginas: 392

Género: Ficción histórica, narrativa, narrativa contemporánea

Traducción: Concha Cardeñoso


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El retrato de casada (Maggie O’Farrell, 2022) Reseña

El regreso de Casanova (Arthur Schnitzler, 1917) Reseña

Tengo que admitir que no recuerdo como llegó este libro hasta mí. No sé si alguien me lo recomendó, si lo vi en algún sitio y despertó mi curiosidad o, simplemente, pensé en leer algo sobre Casanova y esto fue lo primero que encontré. Lo que sí tengo claro es que es un magnífico ejemplo de cómo, mi decisión de no querer saber demasiado sobre los libros que aún no he leído, me suele beneficiar como lector (a veces).

El argumento de El regreso de Casanova.

En El regreso de Casanova nos presenta a un Casanova ya mayor, lejos de aquel seductor hombre que alcanzó la fama. Un Chevalier de Seingalt exiliado, que ansía volver a su patria y fantasea con misivas que le inviten a regresar al hogar perdido con las mejores disculpas que su mente pueda elucubrar. Preparándose para este regreso, se reencuentra con un antiguo amigo, un hombre que cree que le debe mucho y le lleva, casi contra su voluntad, a su casa. Allí, además de pasar unos días regodeándose en un pasado que del que poco queda ya, se enfrentará a nuevos retos que le harán plantearse si aún existe, dentro del hombre que es hoy, aquel seductor capaz de obtener a cualquier mujer.

Sobre el autor: Arthur Schnitzler.

Arthur Schnitzler (1862 – 1931) es uno de esos autores de los que, para ser sincero, poco puedo decir. Es escritor austriaco es uno de esos que, al menos en esta novela (corta, no llega a las 200 páginas) sabe sacar mucho partido a esas oraciones largas que, en sus manos, funcionan como un calculado elemento de la narración. Pero como poco puedo decir de él (a no ser que lo copie de internet), centrémonos en su obra.

Sobre El regreso de Casanova.

Aunque parecerá una obviedad que para introducirse en El regreso de Casanova es preferible saber algo del personaje que la inspira, es justo decir que tampoco es una labor necesaria. Schnitzler nos coloca rápidamente en situación y, sin necesidad de que sepamos del protagonista de esta historia más que su nombre, lo va retratando perfectamente a cada paso que da. Más aún, casi se podría decir que la obra es, en esencia, el retrato que ve Casanova de sí mismo. Uno que, al igual que aquel famoso retrato de un tal señor Gray, va cambiando progresivamente. 

Así, a lo largo de la historia podremos ver cómo, de la forma más natural del mundo, un hombre que intenta vivir en los recuerdos de su pasado se ve continuamente asediado por esos momentos en los que la realidad se hace patente. Porque, en el fondo, la novela va un poco de esto (también de otras cosas), de vivir en el pasado, en los sueños, en la realidad y en distintos momentos, pero todo a la vez, de la forma en que solo en una mente retorcida como la de nuestro Casanova se puede dar.

El regreso de Casanova, lejos de quedarse ahí, plantea un interesante juego en el que la madurez, los viejos hábitos, las dudas o el autocontrol se revelan como elementos a tener muy en cuenta en el reencuentro que vive nuestro protagonista.

Pero después de todo, para mí, es posible que el gran héroe de esta novela sea, directamente, su autor. Y es que Arthur Schnitzler nos deja aquí una novela escrita con una pluma que vuela por las páginas con una elegancia que plantea, por sí sola, una nueva pieza en ese extraño mundo que construye. 

No sé si dicho esto hay mucho que pueda añadir sin comenzar a hablar de más. Lo que sí tengo intención de aclarar, por si alguien aún lo dudaba, es que, desde luego, El regreso de Casanova habrá sido la primera, pero ni de lejos será la última, novela que leo de Arthur Schnitzler.

Te gustará si…

A nivel personal, la lectura de este libro me ha recordado de alguna forma (aunque no sé por qué) a Fiódor Dostoyevski o a Stefan Zweig. No tan bueno, hay que ser justo, pero hay algo en su estilo y en la forma de tratar a su personaje que me ha hecho pensar en ellos y eso, creo, siempre es algo bueno.

Ficha técnica:

Título: El regreso de Casanova

Título original: Casanovas Heimfahrt

Autor: Arthur Schnitzler

Fecha de publicación: 1917 / De esta edición: 2021

Editado por: Alianza Editorial

ISBN: 9788413625058

Número de páginas: 175

Género: Ficción histórica, narrativa,

Traducción: Roberto Bravo de la Varga


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El regreso de Casanova (Arthur Schnitzler, 1917) Reseña

Todo lo que necesitamos del infierno (Harry Crews, 1987) Reseña

Hay una serie de autores, creo que no demasiado extensa, que una pequeña parte de los lectores sentimos como un secreto compartido. Esta sensación se ha ido desvaneciendo con el tiempo y muchos de ellos han ido ganando cierta relevancia o, directamente, han sido resituados en el podio que siempre se merecieron. Otros no, claro. Otros siguen siendo discretamente leídos.  Situaría el caso que hoy traigo entre aquellos que, si bien diría que se merecen mucho más reconocimiento, van, poco a poco, encontrando su sitio. Un autor que tardó demasiado en llegar a nuestro país, pero que ha encontrado un hogar en muchas de nuestras bibliotecas.

El argumento de Todo lo que necesitamos del infierno.

Portada de Todo lo que necesitamos del infierno, de Harry Crews.

En Todo lo que necesitamos del infierno se nos presenta a Duffy Deeter, un hombre obsesionado con el ejercicio y convencido de que el dolor y la superación física son las únicas formas de avanzar y vencer cualquier contratiempo. Su vida es su cuerpo, el budismo zen, romper los límites. Pero la vida de Duffy también está formada por su mujer, su hijo, su amante, su socio y todo lo que a estos rodea. Puede que mezclar todos estos elementos y llevarlos al límite sea lo que le ha hecho entrar en una espiral de autodestrucción que pone todo patas arriba y amenaza con llevarse la vida a la que está tan acostumbrado. 

Sobre el autor: Harry Crews.

Harry Crews (1935 – 2012) es uno de esos escritores que tardaron mucho tiempo en llegar a los lectores españoles y que, cuando lo hizo, fue con cierta discreción. Aun así, se ha convertido en uno de los principales referentes del gótico sureño para muchos lectores, y no es para menos. Su estilo, aparentemente directo y oscuro, guarda (en unas obras más que en otras) una belleza y unas formas sorprendentes. Cargadas de un contraste entre la forma y el fondo tan inmenso que es imposible que no retumbe en el pecho del lector. 

Recuerdo que lo leí la primera vez que se le editó en España y, aunque no recuerdo demasiado de aquella experiencia, desde ese momento me hice con todo lo que se ha ido publicando de él en nuestro idioma. Pero ha sido más tarde, leyendo algunas de las últimas novelas que nos han llegado, cuando he empezado a entender el porqué de esta atracción por su trabajo. Harry Crews es un escritor difícilmente repetible, duro y oscuro, al que hay que conocer.

Sobre Todo lo que necesitamos del infierno:

Creo que puedo definir Todo lo que necesitamos del infierno como trepidante y avasalladora. Porque desde luego eso es lo que es, un libro que, una vez abierto, se te pone delante y no te da un respiro hasta que te ha paso por encima. Crews es un autor absolutamente salvaje que, sin miramientos, te espeta una historia dura y extrañamente divertida a partes iguales. Lo curioso de esta jugada, o al menos a mí me lo ha parecido, es que lo hace de una forma que no he percibido como la habitual en él. Así que supongo que puedo decir que Todo lo que necesitamos del infierno es una novela rara dentro de su bibliografía. 

No me atrevería asegurar esto, pero es posible que esta haya sido la novela de Harry Crews que menos me ha interesado. Y no está mal, seamos justos, pero no acabo de encontrar en ella todo lo que Crews suele darme. Allí donde otras veces sorprende con una profundidad que no se sabe muy bien de donde sale, esta vez he encontrado una novela con un buen ritmo y unos personajes totalmente excesivos, pero, de alguna forma, todo me ha resultado algo superficial. Es cierto que hay momentos en los que el genio del autor se desata, pero en este caso no es lo más frecuente. 

Dicho esto, no me gustaría que os llevarais una idea equivocada. Todo lo que necesitamos del infierno es una de esas novelas que funciona por sí sola y que podría poner a unos cuantos autores en su sitio. Pero dentro de la obra de Harry Crews, este libro, resulta una obra menor. Un interesante entretenimiento, pero muy alejado de lecturas como Desnudo en Garden hills.

Te gustará si…

No sé muy bien cómo situar esta novela. Si nunca has leído a Harry Crews, yo no recomendaría empezar por aquí. Quizás una novela como la ya citada Desnudo en Garden Hills, La maldición gitana o Una infancia resulten mejores formas de acercarse al autor. Si ya conoces a Crews es posible que, como a mí, esta lectura te decepcione un poco, pero querrás leerla. 

Sea como sea, nos encontramos ante un libro que todos los completistas de Crews (sé que no estoy sólo) querremos tener en nuestras estanterías.

Ficha técnica:

Título: Todo lo que necesitamos del infierno

Título original: All we need of hell

Autor: Harry Crews

Fecha de publicación: 1987 / De esta edición: 2022

Editado por: Dirty Works

ISBN: 9788419288301

Número de páginas: 182

Género: Narrativa, realismo sucio

Traducción: Javier Lucini


Nos seguiremos leyendo.

Todo lo que necesitamos del infierno (Harry Crews, 1987) Reseña

El grillo en el hogar (Charles Dickens, 1845) Reseña

Han pasado ya unos años desde que, después de mucho titubear, me decidí a leer por fin aquella novela titulada Grandes esperanzas. Por aquel entonces, si bien ya leía clásicos con cierta frecuencia, el nombre de su autor era aún uno de esos que me imponían hasta el punto de no atreverme a leerlo por ese temor a que no cumpliese con mis expectativas (si alguien lo ha entendido, sí, es un chiste horrible, pero tenía que hacerlo). Por suerte mis recelos no se confirmaron y aquella novela fue una de esas que estarán para siempre conmigo. Después de aquella primera lectura he vuelto a leer alguna de sus obras pero, hasta ahora, nunca me había adentrado en uno de sus libros navideños.

El argumento de El grillo en el hogar.

Portada del libro El grillo en el hogar, de Charles Dickens.

En El grillo en el hogar nos adentramos en la residencia de los Peerybingle. Allí, John y su mujer Dot viven junto a su pequeño hijo y la niñera de este. En aquella casa Dot ha pasado sus años adultos, en un edificio que se ha convertido en el lugar más importante de su mundo y en el que, según nos cuenta, la primera vez que entró en ella escucho a un grillo cantando en el hogar. Ese grito del pequeño animal, lejos de molestarla, lo sintió como un augurio de buena suerte y prosperidad.

Una vez por semana la pareja se reúne en casa de Caleb Plummer para tomar un té —allí disfrutan con la hija ciega de este y el mundo que ella imagina—. Pero esta semana será distinta, el señor Tackleton (comerciante y jefe del pobre Plummer) les ha hecho saber que, contrariamente a su costumbre, acudirá al té y no lo hará solo. Es su intención reunirles allí con su futura esposa.

Sobre el autor: Charles Dickens.

Charles Dickens (1812 – 1870) es, sin duda, uno de los escritores ingleses más célebres de la historia. Autor de algunas de las novelas más conocidas de todos los tiempos, destaca, más allá de su capacidad como narrador, por representar en sus novelas aquella pobreza tan extendida en sus tiempos y mostrar, de una forma pocas veces vista hasta ese momento, las penurias por las que estas personas pasaban. Es cierto que se le ha considerado, no sin cierta razón, demasiado maniqueo en la creación de sus personajes, pero esto pocas veces me ha resultado una molestia para disfrutar de magníficas obras como la ya citada Grandes esperanzas o Historia de dos ciudades.

Sobre El grillo en el hogar.

El grillo en el hogar, lejos de ser una de sus extensas y dilatadas obras, se presenta como un libro de navidad. Un formato con el que aún no me había encontrado y en el que el autor presentó cuatro obras, entre ellas el conocidísimo Cuento de Navidad. En este formato, Dickens, plantea una historia más sencilla, centrada en un breve lapso de tiempo y en un pequeño grupo de personas, lejos de las historias de una vida que hasta ahora he conocido. 

Aun así, lejos de abandonar todos sus hábitos por adentrarse en este formato, el autor mantiene muchos de los elementos clásicos de sus novelas. Buen ejemplo de esto es el juguetero Plummer o, más Dickensiano aún (si se puede decir así), su hija ciega, a la que mantiene engañada con la pretensión de darle una vida más feliz. En el contrapunto tenemos al señor Tackleton, uno de esos personajes por los que tan señalado ha resultado Dickens. 

En conjunto, y pese a su relativa superficialidad, El grillo en el hogar sigue siendo una historia tradicional de Charles Dickens, lejos de sus grandes obras, sí, pero por encima de la que la media de su época.

Como es una historia breve y no quiero contar aquí más de lo debido, diré simplemente que, con sus defectos y sus aciertos, este cuento navideño es una gran representación de sus tiempos y las formas de su autor.

Te gustará si…

estás mínimamente dispuesto a adentrarte en el mundo navideño de Dickens. Un mundo excesivo en cuanto a sus claroscuros, pero que se conduce con una elocuencia lucida y brillante y que tiene un desarrollo digno de las novelas de su tiempo. También te gustará si eres uno de esos lectores a los que les gusta perderse en otras épocas (sobre todo en la victoriana) y conocer el enorme mundo que este autor creó.

En lo personal, El grillo en el hogar se me antoja lejos de estar al nivel de sus grandes novelas, pero es una lectura breve y entretenida que resulta perfecta para leer en esas fechas navideñas para las que está escrita.

Ficha técnica:

Título: El grillo en el hogar

Título original: The Cricket on the Hearth

Autor: Charles Dickens

Fecha de publicación: 1845 / De esta edición: 2003

Editado por: Espasa Calpe

Número de páginas: 131

Género: Narrativa, suspense, romántico

Traducción: Manuel Ortega y Gasset


Nos seguiremos leyendo.

El grillo en el hogar (Charles Dickens, 1845) Reseña

Soy un gato (Natsume Sōseki, 1905) Reseña

Hace poco más o menos dos años la simpatiquísima gente de Twitter me animó a introducirme en el mundo de la literatura japonesa, un terreno muy inexplorado para mí. La primera decisión que tomé fue ir poco a poco y descubrir a diferentes tipos de escritores, de periodos y de estilos. Pero después de un primer año de poca actividad en este sentido —aunque muy buena, ya que descubrí un texto tan considerable como Indigno de ser humano (Osamu Dazai, 1948)— este 2023 parece que ha sido el año de mi resarcimiento. Aunque no estoy seguro, creo que podéis encontrar todas mis lecturas procedentes de este país en el apartado «Autores japoneses». Pero vamos a lo que vamos.

El argumento de Soy un gato.

Portada del libro Soy un gato, de Natsume Soseji.  Editado por Alianza Editorial.

Soy un gato narra, en primera persona, las peripecias de un gato sin nombre. Un felino que, por esos misterios del destino, acaba conviviendo con un plantel de personajes cuanto menos curiosos.  Acompañando a este gato descubriremos un mundo lleno de personas y situaciones de lo más peculiares, al menos si las observamos desde el punto de vista de un animal como este. Pero claro, quizás nuestro héroe no sea un gato cualquiera y su capacidad para filosofar sobre lo que ve deje al descubierto más de lo que puede parecer. O puede que no.

Sobre el autor: Natsume Sōseki.

Mi primer encuentro con Natsume Sōseki (1867- 1916) me resulta algo extraño. Pero es justo decir que aún tengo esta sensación con la gran mayoría de autores nipones. Su forma de ver el mundo, su manera de enfrentarse a las cosas, me resulta al mismo tiempo incomprensible y hermosa. Hay algo en su cultura que los hace inherentemente atractivos o, al menos, curiosos.

Ese elemento incompresible y hermoso, que citaba unas líneas atrás, está perfectamente representado en este autor. Natsume Sōseki llena su libro de un humor que no siempre encaja conmigo, pero que resulta muy interesante en sus contrastes y puntos de vista. Porque Soy un gato es una sátira, pero como prácticamente cualquier buena sátira, para tomar efecto y funcionar, ha de basarse en una realidad palpable.

Sobre Soy un gato.

Se me ocurre que para ser justo con esta novela hay que comenzar por el principio. Soy un gato comienza presentando a su protagonista, a nuestro gato sin nombre y, aunque lo hace rememorando sus recuerdos, permite no sólo comprender la mentalidad de nuestra «héroe», sino que ya deja claro cuál va a ser el tono que utilizará durante gran parte de la novela.

Leí en algún sitio (desconozco si es cierto) que, en su mayor parte, los distintos capítulos que forman este volumen se escribieron como historias independientes, no pensando en generar una narración larga. No sé si esto es cierto o no pero, sea accidental o buscado, la forma en la que Sōseki nos acerca y aleja del gato, sin necesitar en ningún momento minimizar su labor de narrador, para que sintamos las escenas de una forma u otra me parecen espectaculares.

Más allá de este gato sin nombre que ocupa su tiempo en compartir con nosotros sus vivencias y pensamientos, el resto de personajes de Soy un gato también son un elemento indispensable que no podría no destacar aquí. Como mis conocimientos del Japón de 1905 son más que limitados no puedo asegurar que esto sea así, pero a mis ojos, los diferentes personajes sirven como una estupenda caricatura no sólo de la sociedad del país en aquella época, sino que también son un espejo en el que mostrar los distintos tipos de persona que aquellos tiempos estaban dando. Una pequeña selección, muy bien realizada, que a la vista de nuestro protagonista —y en manos de su autor— consiguen elevar esta Soy un gato muy por encima de lo que, usualmente, se puede esperar de la obra de un minino.

Te gustará si…

Una de las sensaciones que más se han repetido en mí cada vez que leo literatura de este origen es la de sentir un cierto extrañamiento hacia lo que leo. No porque resulte surrealista ni nada por el estilo, es simplemente que somos, y más hace 100 años, culturas muy diferentes en algunas cosas. Quiero con esto señalar que, Soy un gato te gustará un poco más si ya tienes algunos conocimientos mínimos sobre nuestras diferencias culturales. Un poco más si tu sentido del humor es abierto y encaja bien con el del autor. Y un poco más si eres capaz de aunar todo esto y dejarte llevar por esta novela de la mano de este gato que, filosofando desde su situación, no entiende muchas de las cosas que hacemos los humanos. Y con razón.

Ficha técnica:

Título: Soy un gato

Título original: Wagahai wa neko de aru

Autor: Natsume Sōseki

Fecha de publicación: 1905 / De esta edición: 2020

Editado por: Alianza Editorial

ISBN: 9788413620718

Número de páginas: 584

Género: Narrativa, humor, satírica

Traducción: Emilio Masiá López


Nos seguiremos leyendo.

Soy un gato (Natsume Sōseki, 1905) Reseña

El amante de Lady Chatterley (D. H. Lawrence, 1928) Reseña

De entre las muchas cosas que me gustan de volver a mi querida colección de clásicos, el no saber a qué lectura voy a enfrentarme suele ser una de las que más disfruto. Hay algo en esa sensación de encontrarte con lo desconocido que despierta en mí una curiosidad muy agradable. Y no nos engañemos, aunque en su mayoría son una de las mejores formas de acertar con una lectura, ni todos los clásicos los he disfrutado, ni todos me han parecido las grandes obras que en teoría son. Esto no quita para que sigan siendo uno de los grandes pilares de mi biblioteca y que espere seguir topándome con gratas lecturas en el futuro durante muchos muchos años.

El argumento de El amante de Lady Chatterley.

Portada de la novela El amante de Lady Chatterley, de D. H. Lawrence.

Connie y Sir Clifford Chatterley se enamoraron antes de la guerra. Por aquel entonces eran dos jóvenes que disfrutaban juntos y decidieron casarse justo antes de que él marchase a la lucha. Pronto volvió, mucho antes de lo esperado, y juntos se trasladaron a Wragby, la mansión en la que, juntos, crecerían y se conocerían a fondo, en la que él, ahora inválido e incapaz de darle hijos, se intentaría forjar un lugar en la literatura y ella descubriría, poco a poco, una insatisfacción cada vez más grande en su interior. Una sensación que le descubriría nuevos límites a su persona y a su mismo ser cuando conozca al nuevo guardabosques, Mellors, un hombre capaz de despertar en ella instintos hasta entonces desconocidos.

Sobre el autor: D. H. Lawrence.

David Herbert Lawrence (1885 – 1930) es uno de esos autores con los que encajo y dejo de encajar por momentos. Si bien algunas fuentes lo consideran el primer autor que supo representar a una mujer en la literatura, personalmente esto me parece un poco exagerado. Es cierto que ofrece ángulos que pocas veces he encontrado, pero en lo personal no me ha parecido algo tan revolucionario como he leído por ahí.

Más allá de este detalle, D. H. Lawrence es uno de esos escritores que sabe jugar con los ambientes, la ironía y con los estilos literarios de una forma totalmente natural. Un autor que es capaz de mezclar mundos y pensamientos de una forma genuina y lograr sacar partido de ello.

Sobre El amante de Lady Chatterley.

Mi relación con El amante de Lady Chatterley ha sido interesantemente irregular. Si bien es cierto que hay pasajes y descripciones absolutamente destacables, la lectura en general me ha ido haciendo perder y recuperar el interés por tramos. La verdad es que no sabría explicar el motivo, pues, si soy sincero, en mi recuerdo ha sido una lectura bastante agradable y bien formada.

Sus personajes, interesantes y bien trabajados, podrían erguirse como el gran elemento de esta novela si no fuese por la forma en la que ese trasfondo, no simplemente lujurioso, que tan acertadamente relata ese despertar animal, se eleva por encima de todo. Esa pasión arrebatada es, posiblemente, ese punto en el que menos entré durante su lectura y el que más viene a mi mente tras ella.

Hay otro elemento, poco interesante en realidad, pero que a mí me ha resultado curioso y es que he sido incapaz de visualizar este libro en su contexto durante una buena parte de su lectura. Me explico: por algún motivo que desconozco, todo este texto me ha llevado más a vislumbrar la historia como si se desarrollase un siglo antes. Algo extraño, la verdad, sobre todo si tenemos en cuenta que en gran parte de la novela se habla de la primera guerra mundial o la situación del bolchevismo en Rusia.

Dicho esto, y por más que me pueda haber costado en algunos momentos adentrarme en esta novela, El amante de Lady Chatterley es una lectura que se defiende por sí misma. Un libro dispuesto a hablarnos de amores, pasiones o libertades; pero también de perdidas, de vacíos y de temores.

Te gustará si…

De alguna forma, al pensar en El amante de Lady Chetterley, es difícil no recordar obras como Madame Bovary (Gustave Flaubert, 1856), Anna Karenina (Lev Tolstói, 1877) o La Regenta (Leopoldo Alas «Clarín», 1885). La verdad es que esta novela se percibe de una forma diferente y, aunque su núcleo narrativo parte de un elemento semejante, no es ese adulterio el tema principal de la novela. Es por eso que aunque es inevitable pensar en esas novelas (y grandes obras) El amante de Lady Chatterley me lleva a pensar en obras quizás algo más viscerales. 

Sea como sea, esta es una novela que se lee bien, y es fácil disfrutar con los distintos matices que ofrece. Una lectura bastante completa que nos introduce en interesantes puntos de vista.

Ficha técnica:

Título: El amante de Lady Chatterley

Título original: Lady Chatterley’s Lover

Autor: D. H. Lawrence

Fecha de publicación: 1928 / De esta edición: 1999

Editado por: Bibliotex

Número de páginas: 383

Género: Narrativa, novela erótica

Traducción: Francisco Torres Oliver


Nos seguiremos leyendo.

El amante de Lady Chatterley (D. H. Lawrence, 1928) Reseña