Hay libros o autores con los que uno acaba sintiendo una especie de deuda. Autores que nos han hecho amar la literatura, entender que hay otras formas de leer o de narrar. Yo tengo una deuda especial con autores como Jim Thompson —a quien venero—, Fiódor Dostoyevski o Agatha Christie. En esta lista incluyo, sin duda, a una de las personas que me devolvió el gusto por la lectura en un momento en el que mi vida estaba en otras cosas. Un escritor al que no había regresado desde ese primer encuentro y con el que tenía una deuda pendiente. Tristemente, fue la noticia de su muerte la que me hizo decidirme a saldar esa deuda con un autor al que, en lo personal, le debo mucho.
Añadiendo un pequeño extra a mi formato tradicional, aclararé que El pasajero / Stella Maris son dos novelas que en España (y en muchos otros países, si no en la mayoría) se editaron en un único volumen. Dos novelas distintas, tanto en su formato, como en su contenido; pero dos novelas que no deberían de separarse demasiado. Así, aunque explique sus argumentos de forma separada, el resto del texto los trataré como una unidad, porque, en cierta forma, no puedo evitar verlos así.
El argumento de El Pasajero.
El pasajero nos habla de Bobby Western, un buzo de salvamento que, en su último trabajo, se ha enfrentado con un extraño avión que alguien descubrió bajo el agua. El incidente parece extraño desde un primer momento, pero las preocupaciones de Bobby se disparan cuando un día, al llegar a casa, encuentra a dos agentes rebuscando en ella. Allí descubre que, además de un par de componentes del avión, también había desaparecido uno de los pasajeros.
La interferencia de Bobby en este caso debería de ser anecdótica, pero las situaciones en las que se siente perseguido le llevan a una espiral de preocupaciones e investigaciones en las que su pasado, sobre todo el suicidio de su hermana, no dejarán de bailar a su alrededor y cambiar, inevitablemente, su vida.
El argumento de Stella Maris.
A sus veintiún años es la tercera vez que Alicia ingresa en Stella Maris. Está allí porque le han diagnosticado esquizofrenia paranoide y después de recorrer el mundo que quería recorrer ya no sabía a donde ir. Así que se plantó en el centro para el cuidado de pacientes psiquiátricos, quizá, con la esperanza de que pudieran cuidar de ella; quién sabe. A través de las transcripciones de siete sesiones con el doctor Cohen conoceremos el pasado de Alice, sus anhelos, lo que la ha llevado allí y cómo se fraguó su futuro.
Sobre el autor: Cormac McCarthy.
Cormac McCarthy (1933 – 2023) murió un poco después de que me regalaran este libro y un poco antes de que me decidiera a leerlo. Es uno de esos autores a los que creo que les debo gran parte de mi amor por la literatura —a pesar de que sólo había leído una de sus novelas—, así que no puedo evitar creer que tengo una deuda pendiente con él. Un escritor crudo, casi perteneciente a otra escuela que hoy poco o nada se prodiga y que comparte con otros de mis autores predilectos ese buen gusto a la hora de seleccionar las palabras. Supongo que hablaré de ello un poco más adelante, pero es de esos autores que logran que la trama, si es que va a alguna parte, sea algo totalmente secundario. Un escritor de esos que te llevan a su terreno y te muestran sus pensamientos de la forma más desgarrada posible.
Sobre El Pasajero / Stella Maris.
Tanto El Pasajero como Stella Maris me daban la oportunidad de volver a encontrarme con ese autor que tanto tiempo ha permanecido en mi memoria. Después de estos años, una de las cosas que más me preocupaban era el saber si estaría a la altura de mi recuerdo —rara vez puede la realidad competir con uno— y, para sorpresa de pocos, es justo decir que no fue así. Pero no corramos demasiado. Es inevitable para mí comparar esta lectura con aquel La carretera (2006) que leí hace unos años ya y, sí, no ha sido lo mismo; pero es que no son lo mismo.
El pasajero / Stella Maris son dos obras muy diferentes de aquella que leí, y al mismo tiempo no tanto. Si nos fijamos en los detalles, en ambos casos no encontramos con personajes solitarios, historias que en realidad importan mucho menos que lo que nos gustaría pensar y un trasfondo que es el que realmente brilla. Sí, estas novelas tienen estilos muy diferentes, pero se nota ese espíritu de su autor que tan bien las impregna.
No voy a mentir, en ocasiones me ha costado salir de esa narración más superficial (y que en general se disfruta mucho, porque McCarthy escribe muy bien) y adentrarme en todos esos detalles que le dan fuerza, pero cuando he llegado a ellos es ahí donde realmente la historia cobra vida. Una historia que nos habla del desarrollo nuclear y de los hombres que participaron en la creación de aquellas bombas, de matemáticas y matemáticos, de filosofía y de alguna cosa más. Pero también nos habla de la familia, del sacrificio, del miedo, de la enfermedad, del amor y de como lo conocemos y afrontamos…
Si bien es cierto que tengo que decir que esperaba algo más, también es justo decir que me ha dado mucho y, seamos justos, no tengo muchos autores contemporáneos con los que hacerle competir (si es que este fuese el fin de un texto como este, que no lo es), pero a su altura, menos. Así pues, despidámonos recordando que Cormac McCarthy, a quien volveré pronto, fue uno de esos autores que tenían, indiscutiblemente, el talento para escribir bien, algo que decir, y un estilo personal; que es mucho más de lo que se puede decir de la mayoría.
Y un pequeño añadido: yo tengo algún conocimiento de inglés y lo he podido observar, pero hubiera estado bien que se añadieran unas cuantas notas explicativas a pie de página, porque se pierden los chistes y las intenciones del autor en alguna que otra situación.
Te gustará si…
El pasajero / Stella Maris te gustará si te gustan las novelas que van más allá de su trama. Si estás dispuesto a embarcarte en una lectura que puede alejarse de todo para acercarte una obra llena de datos, pensamientos y, posiblemente, sufrimiento. Pero si lo tuyo son las novelas en las que sólo importa lo que pasa, cuidado, no sé yo hasta que punto disfrutarás esta lectura (o quizás sí, quizás sea la puerta de entrada a otro universo).
Ficha técnica: