Todo lo mejor (Reseña)

Allá por 2011, llego a la estantería de mi librería habitual un libro que, para bien o para mal, se popularizó rápidamente debido a la procedencia de su autor. La verdad es que no despertó un gran interés en mí, y no preste atención al libro en cuestión. Años más tarde, este mismo escritor había seguido publicando novelas y cosechando un cierto éxito y un buen listado de criticas que le otorgaban el talento narrativo y la calidad para ser uno de los nuevos referentes en cuanto a novela policiaca. Yo no suelo creer en estos comentarios (rara vez argumentados más allá de la publicidad) pero decidí darle una oportunidad y leer su primera novela. No volví a leer nada suyo hasta que hace casi un mes decidí volver a probar suerte con la primera parte de su última saga, de la que hoy escribiré brevemente.

Ahora que ya he terminado de leer Todo lo mejor, os contaré un poco sobre esta novela policiaca. Para empezar situemos la historia: Berlin Este, 1980. El comandante Viktor Lavrov, del KGB, tiene un encargo nada sencillo por delante, una trama de espionaje que quedará en un segundo plano al compararla con el caso que el inspector Otto Bauer ha descubierto, al parecer hay un asesino de niños en Berlín y, juntos, tendrán que detenerlo.

A primera vista la trama compuesta por César Pérez Gellida no se plantea mal, clásico juego de dos personajes principales y un pequeño puñado de secundarios que le dan forma a una historia con cierta originalidad. Y sin embargo, hay algo que no funciona. En realidad hay muchas cosas que no funcionan y tambien hay algunas que sí lo hacen. Vayamos de los componentes grandes a los pequeños y luego fijémonos en cómo se unen.

El componente más grande podría ser la localización, tanto en tiempo como geográficamente. Hay una buena intención en la selección de estos elementos, pero no se les acaba de sacar partido. A nivel histórico parece que se ha documentado un poco con la wikipedia (siendo el autor licenciado en Geografía e historia) y, a ratos, fuerza las palabras para introducir información relativa o contada de una manera que no consigue ni exprimir las posibilidades ni aportar contenido. Personalmente me parece que la historia de la RDA y la RFA y ese periodo es muy interesante, y cualquiera en mi situación, al leer la novela, sentirá que hay una búsqueda de información que esta más centrada en impresionar al lector que desconoce el tema, que en utilizar realmente ese conocimiento.

En cuanto a los personajes de Gellida tengo un problema. Ya me pasó con su primera novela (leedla solo para decirme si no os llama la atención la ingente cantidad de habilidades que tiene su villano) y me vuelve a pasar con Todo lo mejor. En el fondo todos los personajes son el mismo, no hay más. Todos son gente fría que no transmite prácticamente nada y con cierta afición a intentar colar chascarrillos baratos. Con el mismo humor y las mismas personalidades (aun cuando discuten lo diferentes que son).

El cuanto a la trama, creo que va muy ligada al estilo con el que el autor la escribe. No es que Pérez Gellida escriba mal, pero es uno de esos autores que quieren jugar con el lenguaje y los tiempos, a mi parecer, más allá de sus capacidades. Esto, como en la mayoría de casos, nos lleva a que cuando él intenta hacer una pirueta para sorprender al lector, yo vea a un niño que quiere llamar a atención y me salga de la historia. Como nota personal: ¿A qué coño viene lo de estar describiendo una historia y de repente escribir semáforo en aleman? Pues que quieres brillar más de lo que debes y no funciona (Perdón por el inciso).

En resume, es un libro que no he disfrutado en absoluto. Un conocimiento histórico superficial, unos personajes sin forma, y una historia que planteada de otra manera podría resultar más interesante pero que no consigue despertar mi interés.

Nos seguiremos leyendo.

Todo lo mejor (Reseña)