Poe no ha muerto (Félix Molina, 2021) Reseña

No sé si estoy en una de esas temporadas en las que me cuesta encontrar palabras para decir lo que quiero o simplemente es que me está costando escribir ésta entrada. Creo que hay un poco de cada y, la verdad, no lo entiendo, pues tengo bastante claro lo que voy a redactar. Lo primero que he de hacer es ser justo y agradecido, y darle las gracias al autor de este libro. Principalmente, porque me lo hizo llegar, como siempre, sin ningún propósito y sabiendo que cuando escribiera sobre él sería sincero y no le regalaría mis palabras (¿de verdad alguien considera que gana algo haciendo ese tipo de cosas?). Dicho esto, involucrémonos en el tema que hoy nos ha traído aquí.

Poe no ha muerto no es una frase que se repitan a menudo sus lectores (aunque puede que sí), es la idea con la que se inicia ésta novela. En ella, el archiconocido autor no descansa bajo tierra, sino que, a través de un extraño acuerdo, fingió su muerte. Ahora, soñando ser más libre de lo que es, vive en un oscuro sótano en el que sigue escribiendo sus historias para un único lector. Ese, por supuesto, no es otro que el hombre que se dice su mayor fan y que lo ayudó a escapar de la vida. Pero puede que las cosas no sean como ellos se han imaginado y la oscura mente de nuestro Poe tenga planes que no tienen cabida en el lugar que lo mantiene oculto.

La primera obra publicada (creo) de Félix Molina se adentra en un terreno peliagudo, porque traer una obra sobre un autor tan conocido, en la que no sólo narras alguna peripecia, sino que incluyes supuestos textos del nombrado escritor, me parece arriesgar mucho. Sin embargo, el autor consigue salvar el peligro y ofrece una narración interesante, en la que, casi por fascículos, un poco a la antigua usanza, se nos va introduciendo en un mundo que cuanto más conocemos, más nos intriga. El relato, por cierto, está plagado de textos de éste casi resucitado Poe. Algunos más cercanos al autor, otros menos logrados, pero que en su conjunto recuerdan a esa oscura esencia que siempre nos atrajo de él. Y esto, personalmente, es lo que más me ha gustado del libro. Porque intentar imitar a Edgar Allan Poe es entre complicadísimo e imposible, pero homenajearlo, acercar ese cariño por él al público es otra cosa. Y aquí la novela de Félix Molina ha funcionado a la perfección; llevándome de regreso a esos relatos que leí años atrás, haciendo que mi cuerpo me pidiera volver a Poe. Y no puedo dejar de pensar que esa es la misión de un libro como este, hacer que queramos recuperar al auténtico Poe, a leerlo y disfrutar de sus textos.

Por contra, en esta lectura me he encontrado con un autor que me ha ofrecido una novela con un estilo muy relatista y, francamente, no siendo un gran amigo de esos autores que se pierden en las descripciones, me ha faltado un poco más de esa novelística. Puede que simplemente sea que se me ha hecho demasiado corta, pero creo que es uno de esos textos que me hubiese gustado se hubieran extendido 100 páginas más. No hacia delante, sino ensanchando su contenido.

Por lo demás es una lectura que he disfrutado. Repleta, de principio a fin, de un cariño palpable hacia el autor y que, me parece, recuperará en aquellos lectores que menos lo conozcan la curiosidad por el escritor responsable de obras como El gato negro, El corazón delator o (para quien no lo sepa) el primer gran detective de la literatura, Monsieur Dupin.

Nos seguiremos leyendo.

Poe no ha muerto (Félix Molina, 2021) Reseña